Capítulo 50. La Advertencia.
Ha pasado una semana desde aquel intento de asesinato. Una semana que se sintió a la vez eterna y fugaz. Lucas ya no estaba en el hospital, lo que era un alivio inmenso. Ahora vivíamos juntos en un apartamento lujoso que tiene en Malibú, cerquita de la playa.
Mi rutina era simple: cuidarlo y cumplir con mi nuevo trabajo. Había conseguido un puesto como asistente en una empresa de publicidad cerca de aquí.
Era un trabajo de medio tiempo que me cayó del cielo y que me permitía tener mis propios ingresos sin descuidar a Lucas ni el embarazo.
El señor John Wilson estaba al pendiente de todo, venía casi todos los días. Aunque al principio tenía sus dudas entorno a nuestra relación creo que se está dando cuenta de algo muy obvio: Lucas me ama.
Lo veo en la forma en que me mira, en cómo me trata, en esa paciencia infinita que tiene conmigo y con mis cambios de humor.
Y lo más extraño de todo es que yo siento lo mismo. De una forma que ni yo sé explicar, de una situación horrible, nació el am