— Axel
— ¡Mierda!... ¡Agh! — respingó éste de un susto — ¿Qué demonios haces aquí? — La confusión en el rostro de Freya era evidente, lo que había pasado esa noche, y ahora hacía como si no supiese que estaba allí. — ¡Te pregunté que qué haces aquí! — elevó la voz, mal humorado mientras se iba quitando el abrigo, para luego quitarse la camisa manchada del café que sostenía en manos cuando Freya lo asustó.— Andrew — murmuró Freya.— ¡Mierda, Andrew! — exclamó antes de irse a su habitación para cambiarse. Ver a esa mujer allí lo había consternado, cómo es que aparecía en los lugares, así como así. Luego cayó en cuenta que había encontrado la ropa del día anterior perf