Narrador.
La sala estaba iluminada por velas en medio de la penumbra, proyectando sombras alargadas sobre las paredes de la mansión. Scarlet se encontraba de pie, su mirada estaba perdida en el fuego de la chimenea, una sonrisa lenta y satisfecha curvó sus labios porque su plan estaba siendo un éxito.
—Puedo sentirlo —murmuró, con una risa de placer—. Kael ya ha matado a varios de su manada. ¡Es justo como quería! ¡Él acabará con todos y no podrá con la culpa!
El deleite en su voz era escalofriante, incluso para Malzahar, aunque la entendía, pues Kael había matado a todo su clan y familia en el pasado.
Scarlet simplemente se estaba vengando.
El demonio permanecía sentado con un aire indiferente cerca de ella, la observó con atención antes de soltar un leve suspiro.
—Será peligroso que vayas sola, Scarlet. No pienso dejar que lo hagas.
Scarlet lo miró con calma y una confianza absoluta de quien ya tiene el control. Se levantó para servirle un poco más de vino en la copa que tenía