Kael.
Celeste iba a mi lado, estábamos corriendo hacia mi cabaña. La manada luchaba sin descanso contra los cazadores, e incluso llegué a ver a Nolan y a Nuria trabajando en equipo.
Nos detuvimos justo en la entrada. Mis guardias habían sido asesinados, y ahí estaba él, con una sonrisa maliciosa que me decía: yo he ganado.
—No lo puedo creer… —susurró Celeste, impactada.
Marcus tenía ambas manos metidas en los bolsillos, y no dejaba de verme con un aire de superioridad.
¿En serio creía que iba a ganar?
—Por fin te encuentro, Kael Valtor —habló, dando tres aplausos—. Imagino que ya sabes por qué quiero matarte.
—¡¿Qué le hiciste a Marcela?! —chilló Celeste, queriendo lanzarse encima de él.
Le sostuve el brazo para que no lo hiciera. Con razón me parecía demasiado perfecto para ser verdad. Algo ocultaba Marcus, y lo dejé entrar a la manada como si nada para no ser malo con Marcela…
Oliver tenía razón.
Le abrí las puertas al enemigo.
—Debo admitir que eres un gran actor, Marcus