Capítulo 47: Un salvaje

Celeste.

Cuando llegamos al pueblo, pregunté por Kael y me dijeron que estaba ocupado atendiendo unos asuntos importantes, así que fui directo a la habitación para tomar una ducha, ya que mi cuerpo estaba todo sudado y olía horrible.

Me quité la ropa antes de entrar al baño, y me vi al espejo colgado en la pared sobre el lavamanos. Mi cuerpo no era envidiable, pero Kael me trataba como si fuera una jodida diosa.

Era raro que no estuviera esperándome, pues esa noche habría luna llena y eran las cinco de la tarde, faltaba poco para el anochecer. Me tenía ansiosa la espera.

Abrí la regadera y el agua recorrió cada parte de mi piel, empezando desde mi cabello lleno de hojas y barro. Me eché el champú con suavidad, dejando que hiciera espuma.

—Esto es una delicia —dije, en un suspiro.

Podía escoger si salía agua caliente o fría.

Al quitarme la espuma, di un brinco hacia atrás hasta pegarme de la pared cuando escuché que abrieron la puerta del baño.

—¡¿Quién es?! —grité, cubriendo m
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