19. Perderás a Damian para siempre.
Evelyn se encontraba sola con sus pensamientos, consumida por la rabia y la impotencia.
Damian ya no soportaba su cercanía, y ella lo sabía.
El hechizo de la poción estaba perdiendo su efecto, y la independencia del Alfa, que antes parecía un rasgo atractivo, ahora era su peor enemigo.
—¡Esto no puede seguir así! —murmuró con furia— Si Damian se aleja de mí y no puedo seguir administrándole esta poción, la magia con la que lo he mantenido amarrado se volteará … y él me odiará aún más.
No estaba dispuesta a dejarlo ir. Con determinación, cubrió su cabeza con una capucha oscura y se deslizó fuera de la choza, asegurándose de que nadie la viera. Se dirigió al único lugar donde sabía que encontraría ayuda: la tienda de su cómplice.
Entró con cautela, cerrando la puerta tras de sí. El hedor a hierbas y humo denso impregnaba el aire. En el centro, un hombre revisaba antiguos textos con expresión imperturbable.
—Necesito tu ayuda para entregar esta poción a Damian —dijo Evelyn, con voz fir