SEGUNDO LIBRO DE LA BILOGIA “EL ARTE DE AMARTE". Annie creció, desarrollando la belleza heredada de su madre y tía. Volviéndose indomable, difícil y de un carácter tosco. Ya no quedo ni ceniza de la Annie dulce y noble de la niñez, se volvió toda una mujer, amargada y enojada con la vida. La rebeldía la caracterizaba en su mayoría, pero en el fondo seguía siendo ella. Logró entrar en la mejor universidad de arte de la ciudad, eso la mantenía entusiasta y muy elocuente. Amaba pintar y había llenado de murales la enorme mansión Silver-Boland. La vida de Annie comienza a pender de un hilo, cuando una gran verdad sale a la luz. Archie Lavlondè Silver, sobrino de Alessandro Silver, es alfa de la manada Lavlondè. Llega a la ciudad para estudiar finanzas y negocios, para poder asumir el puesto en la prestigiosa empresa de su padre. El multimillonario Adolff Lavlondè, por lo que su madre preocupada del adolescente, decide enviarlo con su tío. ¿Qué sucede cuando Archie encuentra a su mate en la sobrina de la mujer de su tío? ¿Y si Annie aborrece a Archie? ¿Por que no quiere un mate? ¿Qué ocurrirá entre esta rebelde adolescente y este dominante alfa?
Leer másMe gusta sentir la brisa azotar mi cabello, chocar con mi rostro y sentir las partículas heladas por la lluvia. Desde que Alessandro me regaló una motocicleta ducati de motor 250 en un potente color rojo rubí, he sido la chica mas feliz del mundo. Bueno sin romantizar el tema, me ha salvado de grandes apuros y me demostró de lo que era capaz, maniobrar tan perfectamente como una piloto de carreras y claro que luego de conocer a Hunter y Abby, me adentre en el mundo de las carreras ilegales. Amo sentir la adrenalina adueñarse de todo mi ser, cuando aceleró el manubrio. Escuchar la ovación cuando cruzo la meta y les gano a todos esos idiotas que creen que, por ser hombres, son mejores al volante. Estúpidos machistas, mas de una vez les he enseñado quien es Annie.
Por otro lado, Hunter y Abby han sido mi salvación del perfecto mundo que vivo en casa. Luego de que naciera Alessia, mi tía y Alessandro formaron el hogar mas integro y perfecto de toda la ciudad, son tan herméticos y poco ortodoxos, que me aburren de sobremanera. ¿A dónde se fue la diversión? No lo sé, quizá es parte de la vida adulta. Pero con los chicos, todo es diferente, las fiestas se disfrutan más, las carreras me dejan buena suma de dinero, ya que mi tía es estricta con mi mesada mensual. Pero no podría quejarme, se ha esforzado mucho en sacarme adelante, en ser una buena figura materna para mí. No como la mugrosa de Hannah, quien siempre me dejo a mi suerte y ahora estaba por salir de prisión. Le quedaba un año, habían reducido su pena por buen comportamiento y una apelación de su abogado. ¿Para que quieren dejarla libre? ¿Para que se siga drogando? ¿Para que sea cómplice de mas delitos? Me avergüenza tanto, por suerte la mayoría cree que Mia es mi madre.
Suspirando, subo a mi ducati, tengo algunos documentos que llevar para la matrícula inicial. Las clases no tardan en comenzar y estoy ansiosa. Amo pintar y crear, la sensación que me embriaga cuando tengo un lienzo blanco delante de mí y un pincel con toda una gama de colores a mi alcance, me llena de un placer exquisito. Es mi lugar feliz, mi tía por mis diecisiete años, me obsequió mi propio estudio de arte. Claro que quedaba dentro de la misma mansión, pero era mi lugar, mi privacidad y lo adoraba. Pronto esperaba mudarme, quería vivir la vida desde otra perspectiva, claro que mi tía se niega totalmente a dejarme ir de su casa, pero al cumplir los dieciocho su custodia queda absuelta.
Llegó al estacionamiento de la universidad y estaciono mi moto en un lugar libre, bajo y camino a paso rápido hasta la oficina de secretaria, hablo con la encargada y le entrego los documentos que faltaban y el recibo del banco. Los recibe y archiva en mi expediente, me entrega una llave y mis horarios de clases. Le agradezco y salgo de la oficina, estoy por regresar al estacionamiento, cuando choco con alguien.
—¡Fíjate por donde caminas! —reto en voz alta, me detengo a mirar el causante del impacto.
—¡Lo siento mucho! venia distraída escuchando música—responde la chica, es bajita y su cabello verde me causa gracia, parece un moco enorme. —, ¿Annie? ¿Annie Boland? ¿Eres tú?
—Ten mas cuidado, puedes ocasionar un accidente por tu distracción—regaño—, Si soy yo, ¿Nos conocemos?
—Bueno tu no me conoces, pero yo sí. ¡Te sigo en I*******m! —responde admirada—, ¡Soy mega fan de tu trabajo! ¡La obra que hiciste para Artur Bonard fue increíble!
—Ah, gracias, supongo—me encojo de hombros y continuo mi camino, después de alcanzar los cien mil seguidores en I*******m, me volví algo famosa, no digo que me desagrade, pero no es de mi gusto ser conocida, prefiero mantener mi perfil bajo.
Salgo de la universidad y camino hasta dónde está mi moto, subo en ella, me coloco mi casco y hago rugir el motor, los pocos estudiantes que hay a mi alrededor me miran fascinados. ¿En serio? ¿Tan clichés son? Estúpidos adolescentes, muevo mis pies para dar la vuelta y cuando estoy por arrancar, un auto impacta su tapo contra el lateral de mi moto, haciéndome caer al suelo en conjunto de la moto. Aturdida por el golpe, pero agradeciéndole a la diosa luna por haberme puesto el caso, me levanto enojada. ¿Qué clase de imbécil me choco? Me saco el casco y agito un poco mi cabello para desenredarlo.
—¿Qué carajo sucede contigo? ¿Acaso no sabes conducir? ¿No viste mis luces de reversa? ¡Animal! —despotrico en contra del conductor, quien se baja con indiferencia de su auto. Es un joven, demasiado guapo, que me hace abrir la boca por la sorpresa, su cabello negro azabache me recuerda a mi tío, Alessandro. Viste como un adulto, de traje de diseñador. —, ¿Te vas a quedar ahí parado como idiota? ¡Me echaste a perder mi ducati! ¡Bestia!
—¿Como una señorita tan sensual y elegante, puede expresarse de semejante forma? —responde con tono formal, lo fulmino con la mirada.
—¡Vete al carajo, niño bonito! —refuto—, Necesito el id de tu aseguradora, todos los costos de daños los pagaras.
—¿Qué? No pienso pagar nada, no ha sido mi culpa, si no suya—responde con indiferencia, entonces se acerca de una manera extraña hacia mí.
—¿Qué ocurre contigo? ¡Fue tu maldita culpa! ¡Yo tenia encendida las luces direccionales! —respondo con rabia—, ¿Por qué carajo te acercas de esa forma? ¿Perdiste la cordura? ¡Necesito que me pagues!
—Mía—responde, dejándome petrificada. Faltaba poco para mi cumpleaños numero de dieciocho y con eso mi transformación como loba. Sé todo ese cuento de los mates, pero oh sorpresa. ¡No quiero un mate! —, Lo siento, me hare cargo de todo lo que sea necesario, si me das tu nombre y donde puedo encontrarte—responde respirando con serenidad y con una sonrisa arrogante, ¿Qué sucede con este tipo?
—Mi segundo nombre es a la m****a, el primero es vete—respondo con enojo.
Se carcajea como si le hubiese contado el mejor chiste del mundo, ruedo mis ojos, estoy acostumbrada a este tipo de hombres. Fingen ser “mi mate” para acercarse a mi y luego terminan diciéndome la verdad, es por ello que ya no caigo en sus mentiras. Además, no quiero un estúpido mate, no creo en el amor y mucho menos en esa extraña conexión o vinculo, como sea. Recojo mi moto, esta un poco magullada por el golpe del tapo del auto, resoplo y paso la llave por el contacto, el motor ruge y me siento tranquila. Al menos sigue funcionando, subo en ella y antes de irme le enseño mi dedo del medio al idiota ese. Su sonrisa burlona me saca de mis cávales, ¿Qué sucede con estos hombres? Condujo por las calles de la ciudad, admirando los paisajes, necesito pintar para relajarme del mal rato que acabo de pasar. Pero antes debo asegurarme de arreglar mi moto, si mi tía o Alessandro la ven así, se preocuparían y podrían quitármela.
Voy al taller de Jerry, un amigo de Hunter, lo saludo y le enseño la abolladura de mi bebé. Dice que no se demora nada en arreglarlo pero que la enderezada me costara, suspirando acepto y se pone manos a la obra. Luego de casi dos horas y treinta minutos, finalmente me la entrega como nueva y con ese brillo que tanto me gusta. Le agradezco y pago la cantidad dicha, condujo con dirección a la mansión, dejo mi moto en la cochera bajo techo, no me gusta dejarla expuesta al sol. Entró y escucho voces en el comedor, al parecer tendremos visita. Camino a paso rápido hasta el salón, no sin antes pasar por la cocina y tomar una manzana verde, mi fruta favorita.
—¡Annie, cielo! Llegas justo a tiempo, tenemos un nuevo miembro en la casa—saluda mi tía, camino con cautela, la visita se encuentra a mis espaldas. Cuando estoy por llegar hasta ellos, se da la vuelta. Esto no puede estar sucediéndome, no puedo creerlo.
—¡Tú! ¿Qué demonios hace él aquí, tía? —me quejo, ella me mira confundida y desconcertada. Mientras Alessandro parece divertido con la situación.
—Es un gusto, ahora se que su nombre es Annie—responde victorioso, con esa sonrisa arrogante que tanto odie en la tarde. —, ¿Por qué no se sienta y nos acompaña en la cena?
—¿Ustedes ya se conocían? —pregunta Alessandro, rompiendo la tensión de miradas que teníamos ambos.
—Para mí mala suerte, sí. Este idiota casi me atropella hoy en el estacionamiento de la universidad—respondo sentándome en la mesa de mala gana.
—¡Annie ese vocabulario! —regaña Mia y ruedo los ojos, dándole un mordisco a mi manzana. Me esperaba una cena muy larga…
Mi corazón latía muy rápido, no podía ni siquiera mirarlo a los ojos, él estaba aquí declarándome su amor y yo solo estaba usándolo a mi favor. Me moría de remordimiento, mis manos estaban sudando y no paraba de pensar en que haría, llene mis pulmones de aire y pensé muy bien en una respuesta que me diera más tiempo, tampoco quise herir a Archie, no se lo merecía. Pero ¿Cómo le hacia entender que no tenía cabeza para otra cosa que no fuera resolver toda la locura que se había desatado en mi vida? Dante clavó sus ojos en los míos, no los apartaba y entonces me tomó de las manos, abrió espacio y me abrazo con fuerza, repose mi mejilla en su pecho.—Vale, hasta yo me he asustado, tranquila…—alarga, deja un beso en mi cabello. —, sé que tengo que ser paciente contigo, principesa… es solo que te miró y me envuelven las ansias.—Dante, yo… solo necesito esperar a mi cumpleaños, creo que es la única pieza del rompecabezas que se volvió mi vida, ¿entiendes? —digo ahogando un suspiro, él asien
La pelea entre ambos trogloditas me estaba desesperando, se estaban lastimando y me sentía muy culpable, nadie parecía querer interferir, a lo lejos observé a Mar parqueando su presuntuoso auto negro, corrí despavorida hasta ella, al verme me sonrío y la tomé del brazo con fuerza llevándola a rastras hasta el gran ring que se había formado, me reprochaba que estaba siendo “grotesca”, pero ignorándola la seguí arrastrando, al verlos se quedo paralizada.—¿Qué está ocurriendo? ¿Se pelean por ti? ¿A que sí? —divierte y la miro mal.—¡Usa tu encantamiento! —exclamó con zarandeando sus hombros. —, Detenlos o se matarán, por favor. —pido y ella asiente repetidas veces, musita sus palabras en otro idioma y ambos quedan totalmente paralizados, respiro profundo. —, gracias, hadita.Todos bufan diciendo que “somos aguafiestas y arruinamos la diversión”, los miro con mis ojos entrecerrados y todos se dispersan para ir a sus clases, la pelea ha terminado o eso quería creer, Mar los desencanta cua
El sol resplandecía como nunca, brillando tanto hasta encandilar a cualquiera que se atreviese a mirarlo por mucho tiempo, los rayos que habían entrado por mi ventana, me hicieron despertar sin siquiera escuchar mi alarma. Tome una ducha y me vestí con lo primero que encontré, mis emociones seguían a flor de piel, había sido mucho para un día, visite a Hannah, me enteré de las verdaderas intenciones de “mi familia”, la muerte de Abby, la visita al cementerio, el ingreso de Mia al hospital, era mucho para procesar, ahora me sentía un poco menos abrumada, respire profundo y me observe en el espejo, mi cabello estaba reseco, debajo de mis ojos había bolsas oscuras, mi rostro estaba pálido sin color, lucía fatal. Decidí hacer algo por mí, tomándome el tiempo necesario para maquillarme un poco y arreglar mi cabello, luego de conseguirlo baje a desayunar con todos, ayer en la noche había decidido que no le contaría nada a Mia, todos habíamos llegado de la clínica bastante cansados como para
La brisa azotaba mi rostro con furia; y no era para menos, iba a 200k/h, no quería frenar, esquivaba a la perfección cualquier auto u obstáculo, mi mente estaba nublada, mi corazón consternado y mi consciencia me reprochaba el no haber salvado a Abby, pude haberla llevado a casa, estaba segura que si mi orgullo no me hubiese cegado tanto, ella estaría aquí, viva y ayudándome a buscar respuestas, otra amiga que perdía y por mi culpa, otra vez. ¿Acaso era tan horrible persona? ¿En qué me había convertido? Sentía que me ahogaba, mis manos estaban entumecidas y mojadas, me detuve en seco, casi chocando con un enorme árbol. Respire profundo, anochecía y era hora de enfrentar mi realidad, necesitaba decirle a Mia todo lo que había descubierto y preguntarle si ya lo sabia y por eso me sobreprotegía tanto, mi teléfono me sacó de mis pensamientos, lo rebusque en mi chaqueta y vi el nombre de Archie en la pantalla.—¿Qué quieres? —inquiero deslizando mi dedo por la pantalla, escuchó su respirac
Los años no habían pasado en vano para Hannah, lucía igual de mediocre que siempre. Su mirada vacía y su piel tan pálida, me recordaban los peores años de mi niñez. Tragando saliva y aclarando mi garganta, me prepare para enfrentarla. Ella solo me observaba, era como si le alegrase mi visita, pero al mismo tiempo le recordara lo miserable que es su vida aquí encerrada. ¿Cómo es posible que su abogado quiera sacarla? Es una delincuente, no hay esperanza para ella, sus decisiones siempre son erradas y sin sentido.—¿Madre? Puff, Hannah ambas sabemos que eso te quedo grande, demasiado, para ser honestas…—alargue atacándola, se removió con una sonrisa sarcástica. —, si crees que vine a hacerte visita social estas más loca de lo normal o en tu caso drogada…—ataque nuevamente, su sonrisa decayó y se sentó con postura seria.—¿A que viniste, Annie? —inquiere con seguridad. —, ¿A presumirme lo buena madre que es la idiota de Mía? ¿A presumir de tu perfecta vida? ¿O acaso quieres algo de mí? —
En todo este tiempo, no había conseguido respuestas, solo el doble de preguntas. ¿Cómo se suponía que lograría sacarme todas las dudas? Mi mente no descansaba desde hace mucho tiempo, vivía sobre pensando a diario, con una ansiedad muy paranoica y con bastante intención de encontrar la verdad. ¿Cómo haría que Mía me dijera todo lo que se ha guardado? ¿Cómo haría que Damián y mi padre hablaran también? Necesitaba de sus versiones de la historia, necesitaba respuestas o seguramente perdería la cordura para siempre.—¿No piensas responderme? —inquiere dante zarandeándome un poco, sacudo mi cabeza y fijo mi mirada en él. —, Ann me estas haciendo perder la paciencia… ¿Por qué carajos lo dibujaste a él y no a mí? —refuta con recelo, mientras yo trago saliva. Niego con mi cabeza y antes de responderle pienso muy bien, quería insultarlo y advertirle que no podía hablarme de esa forma sin recibir una consecuencia, pero también recordaba mi plan con mar, no podía fallarle a la hadita.—¿Por qué
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