MARCELLO
La mujer de atrás milagrosamente permanece en silencio durante el resto del viaje, aunque puedo percibir su pánico y confusión. Espero que estalle en llanto o que me grite que la deje ir, pero está sorprendentemente cooperativa. Aún más razón para creer que está entrenada para manejar situaciones de crisis.
Cuando llegamos a mi finca, empieza a llover a cántaros. Apenas logro teclear el código que abre las puertas eléctricas, y me maldigo por haber instalado un sistema de seguridad tan innecesariamente complicado.
Miro hacia atrás a la mujer, que se ha quedado con los ojos abiertos mirando alrededor de la propiedad. Aún está completamente oscuro, salvo por algunas farolas dispersas, y estoy seguro de que la aparición de un muro de hormigón de tres metros alrededor del perímetro de mi casa la asusta.
Bien. Necesita entender con quién se está metiendo.
Sinceramente estoy un poco decepcionado de que esté haciendo lo que le pido. Sería más fácil hacerme una idea de quién es realm