—Cuando ese hombre horrible asesinó a Laura... te vi asomarte por esa puerta. Sentí ganas de correr en ese instante, pero sabía que no lo lograría. Mientras se llevaban el cuerpo de Laura, vi una puerta a un costado. Luego, esos hombres nos llevaron a un pasillo, y en ese momento pude escabullirme hacia la puerta. Entré, corrí como loca buscando esta habitación... pero debo marcharme. Sé que me están buscando. ¡Por favor, dime cómo puedo salir de este lugar! —preguntó desesperadamente, sin dejar de mirar hacia la puerta.
Amira la observó y luego bajó la mirada antes de responder:
—Lo siento. Llevo años encerrada en este infierno y no he podido salir. La última vez que lo intenté, asesinaron a Emilio... el único hombre que me había tratado con respeto y cariño en esta casa —dijo, mientras sus ojos se entristecían.
La joven se levantó completamente alterada:
—¡Eso no es posible! Debe haber una salida. ¡No me mientas! Dime cómo puedo salir de este lugar.
Amira se levantó rápidamente y se