Narrado por Mery
Al escuchar su voz, sentí cómo mis nervios se encendían como una tormenta eléctrica recorriendo mi cuerpo. Me giré lentamente y lo vi: Mathew, de pie, con esa mirada que siempre anunciaba problemas.
Traté de controlar mi respiración, de ocultar el miedo en mis ojos, pero era inútil. El corazón me latía tan fuerte que pensé que todos podrían escucharlo.
—¿Tú… qué haces aquí, Mathew? —pregunté con la voz entrecortada.
En mi mente, solo pensaba una cosa: si este maldito se enteró de todo, estamos perdidos… Julian… mamá… Nana… todos podrían pagar por esto.
Julián
Vi cómo el esposo de Mery se acercaba con ese aire de superioridad y locura. No iba a dejar que la lastimara.
—Oye, amigo… solo estábamos hablando —dije, firme.
Mathew
Reí con desprecio, con esa risa que hace que la sangre se te hiele.
—¿Amigo? —escupí la palabra como si fuera veneno—. Yo no tengo amigos… y mucho menos de tu clase.
Me acerqué a Mery con fuerza, sujetándola bruscamente del brazo. Me incliné hacia