Mundo de ficçãoIniciar sessãoSu cuerpo temblaba. No solo por el cansancio, sino por el miedo que todavía la oprimía. Antes… había estado a punto de perderse. A punto de hundirse en aquella grieta, de entregarse a las sombras que seguían llamándola.
Se escucharon pasos pesados acercándose. Alaric.
Él no habló de inmediato; simplemente se sentó a su lado, dejando que el silencio los acompañara. El aire nocturno era frío, y solo el canto de las aves nocturnas interrumpía la quietud.
Al final, Seraphine susurró: —Lo escuché de nuevo.
Alaric giró el rostro, sus ojos se clavaron en ella. —¿Kaelith?
Ella asintió lentamente, sus dedos apretando el borde de su manto. —Susurra en mi mente. Promete poder, libertad… una corona. Y lo más aterrador es que una parte de mí quiere escucharle.
Su voz sonó







