—¡Formación cerrada! —gritó Alaric.
La primera sombra saltó desde lo alto de un árbol: una criatura enjuta con la boca llena de colmillos y los ojos rojos brillando. Pero antes de que alcanzara a la tropa, Rafe ya había disparado una flecha. Se oyó un sssst agudo, y la criatura estalló en polvo negro.
Decenas más siguieron enseguida. Desde la niebla, desde el río que corría a la derecha, desde la tierra agrietada. Atacaban desde todas partes.
Fenris se transformó en su forma completa de licántropo con un rugido ensordecedor. Sus garras enormes desgarraron a tres sombras de un solo tajo, despedazando sus cuerpos como si fueran papel.
—¡VAMOS! ¡LA GUERRA EN EL BOSQUE ES MI GUERRA!
La manada de Mooncliff rugió de vuelta, pero sus voces se apagaron cuando el suelo frente a ellos tembló. Del río emergió