Liora se agachó, tocando el suelo con los dedos—. Y no está sola. Hay un segundo par de huellas… más claras. Probablemente de mujer.
Seraphine miró a Alaric. Ambos sabían que no se trataba de una simple exploración al azar. Era un movimiento planificado.
Siguieron las huellas hasta un pequeño claro en medio del bosque. Allí lo encontraron: un montón de leña medio quemada, aún humeante.
Sobre las brasas moribundas, un símbolo había sido tallado en el suelo con un cuchillo: una media luna con tres garras atravesándola. El símbolo de la Sombra de Sangre.
Liora sacó su cámara compacta y tomó fotos desde varios ángulos. "Esto no es solo una marca. Es un marcador territorial. Están reclamando este lugar, incluso dentro de nuestras fronteras".