Capítulo 8
La mañana llegó con un aire fresco y renovador e Irina se despertó con una mezcla de emoción y nerviosismo que no podía controlar. Hoy era el día en que comenzaría su nuevo trabajo como asistente personal de un empresario importante, y sabía que era una oportunidad que podría cambiar su vida y la de Gail para siempre. Esos millonarios siempre estaban llenos de trabajo y seguramente por esa razón el pago era tan bueno como para casi ser irreal.
Después de preparar un desayuno rápido y de jugar un rato con su hijo, se despidió de él con un abrazo cálido y un beso en la frente. Su amigo Lucas Gail podía tener y se iba con el corazón tranquilo al saber que estaría muy bien cuidado hasta que ella regresara.
Con el corazón lleno de esperanzas y de sueños nuevos se subió a su pequeño auto y se dirigió a la empresa. Sin embargo, mientras conducía por las concurridas calles de Nueva York, reflexionó sobre todo lo que habían pasado en el último tiempo. Desde la lucha contra la enferm