Punto de vista Marcelo
No había podido concentrarme en nada que no estuviera relacionado con Valeria. En ese momento, lo único que realmente me importaba era que ella se sintiera bien, incluso mejor que nunca. La pérdida de su familia había sido un golpe devastador, difícil de poner en palabras, especialmente para alguien como yo que, afortunadamente, aún no había vivido una experiencia tan dolorosa.
El día de la boda de Samantha finalmente llegó. Aunque al principio había manifestado mi deseo de asistir —especialmente acompañado de Valeria—, esa idea ya estaba completamente descartada.
—Cariño, tengo que ir a la mansión a resolver unos asuntos personales —le comenté mientras ella limpiaba la cocina.
—Claro, Marcelo. Has pasado muchos días aquí, imagino que tienes pendientes que atender —respondió sin levantar la mirada.
—En cuanto termine regreso, necesito preguntarte algo —llevaba horas dándole vueltas, buscando las palabras adecuadas para planteárselo, pero ya no podía posponerlo m