La confesión de Zayd me había sorprendido más de lo que me hubiera gustado y lo peor es que era de manera desagradable.
Al final me preguntaba si esa frialdad era por lo que estaba atravesando o generalmente era así. No lo sabía, pero tampoco pensaba preguntar por qué no deseaba incomodar con mi curiosidad.
—Disculpa, si soy un tanto entrometida, pero me gustaría saber qué es lo que tu mamá tiene. Quizás pueda ayudar de alguna manera.
—No hay nada que puedas hacer, ella tiene cáncer en el estómago y ya hizo metástasis en los huesos. Lamentablemente, lo único que podemos hacer para ayudarla es darle medicina para que pueda soportar su dolor.
Cáncer, esa maldita enfermedad que me había arrebatado a los que más quería desde hace tanto tiempo.
—Mi mamá falleció de leucemia —comenté con una sonrisa triste y mil recuerdos resurgiendo en mi mente —. Lamentablemente, no pude hacer nada debido a que no tenía el dinero necesario para pagar su tratamiento.
—A veces el dinero no lo es todo, créem