EDUARDO
La nueva empleada me recuerda a una chica del instituto a la cual le hice mucho daño, pero que al final yo también terminé dañado porque me enamoré de ella.
En aquel momento no se lo hice saber por miedo al qué dirán los demás, al ver que yo, el chico guapo, apuesto e inalcanzable, estaba enamorado de la chica más fea y mal arreglada del instituto.
Claro que para mí, ella era la nena más hermosa que mis ojos hayan visto, pero lástima que no me di cuenta a tiempo, o quizá fui un cobarde al no reconocerlo en ese momento.
La hice mía, ella fue toda mía, porque yo fui el dueño de su virginidad. Ella vestía muy raro y no se le notaba su figura, pero cuando se entregó a mí, me di cuenta de que detrás de ese disfraz tan horrible que ella usaba, se escondía la chica más linda del universo, tenía un cuerpo perfecto, el mismo con el cual yo había soñado en muchas ocasiones.
Flashback
—Luna, ¿por qué te vistes de esa forma? —le pregunté minutos después de que habíamos hecho el amor.
—Lo