DAYANAEsa noche dormí muy cómoda, el gruñón de mi jefe había cumplido con su palabra de respetar mi espacio. Ah, no, creo que solo ha sido porque no soy de su tipo, total, no me importa.Estaba colocando mis zapatos de aguja, el jefe ya se había vestido y solo estaba arreglando algún detalle en el documento. Cuando levanté la mirada para preguntar algo, me percato de que él está ido observando mis pechos, bajo la mirada y me doy cuenta de que se me ha soltado un botón de mi blusa y se ve gran parte de uno de mis pechos.Me pongo la mano apenada, mientras me abotono. ¡Cómo es posible que poco a poco le esté mostrando cada parte de mi cuerpo a este idiota! Me regañé en mi mente.—Lo siento—. Alcancé a decir. Aunque tuvo que haber sido él quien se disculpara por metido, pero no, el muy mandón no dice nada, solo se limita a escribir algo en su computadora.Yo siento la cara caliente y me imagino que estoy roja por la vergüenza, va a pensar el jefe que yo lo hice a propósito, pero en real
Leer más