Hemos llegado a Honduras.
Fuimos a dejar nuestras maletas para luego comenzar con la investigación en la empresa. Esa casa, es inmensa, no sé por qué le gustan estas grandes casas si ni casado que está.
Pero bueno, así son los que tienen dinero de sobra.
Más tarde volvimos, me di una ducha y me coloqué un vestido color crema, muy bonito, me figura bastante bien el cuerpo. Iremos a cenar y puedo vestir cómoda.
Mi habitación está al frente de la de mi jefe idiota. Al rato tocan la puerta y es él, pregunta si ya estoy lista, le digo que enseguida salgo.
Llegamos a un restaurante y pedimos lo que queremos de cena y vino, cuando menos acordamos ya son varias botellas las que nos hemos tomado entre risa y platica no hemos sentido el tiempo y al parecer ya es tarde y debemos irnos.
Cárlenton habló con el encargado del restaurante para dejar su auto y que se lo lleven mañana temprano a su casa. Yo le pregunté que si él los conocía para que les hablara como si él los mandara y me dijo que sí