Capítulo 49. Mantener el secreto.
Emma aún temblaba. El frío de la noche parecía haber calado en sus huesos. El estacionamiento bullía por los movimientos que se producían a su alrededor, de policías tomando notas, guardias de seguridad revisando cámaras y paramédicos desplegando sus equipos.
Nada de eso la tranquilizó del todo. Había sentido la presión de la mano de Marco, el filo de su aliento ebrio en la oreja y la idea de una pistola brillando contra la cabeza de Liam. Todo eso le resultó demasiado.
Sentada en un banco en el estacionamiento del bar Seven, sus amigas la rodearon como un escudo. Lidia le sostenía una mano con fuerza, como si quisiera transmitirle parte de su energía, mientras Carla le acariciaba la espalda en círculos lentos, hablándole con voz baja y serena.
Felton, apoyado contra una columna, las observaba con seriedad. Había apagado el cigarrillo a medio fumar y mantenía la vista fija en los alrededores, vigilante.
—Emma —dijo Lidia con suavidad, inclinándose hacia ella—. ¿Estás segura de que fue