Capítulo 88. La familia.
A Emma le resultó muy difícil mantener el secreto de su embarazo con Liam. Su plan era ocultarlo hasta el día de la boda para darle una sorpresa, pero él era demasiado persuasivo.
Podía captar pequeños detalles y gestos de ella que la delataban. En una ocasión despertó sintiendo las caricias de él en su panza, como si sospechara que había algo allí adentro, aunque no lo decía. Era como si esperara, con la ansiedad de un niño, a que llegara el día de Navidad para recibir su regalo.
Finalmente se lo dijo, un mes antes de la boda, en el cumpleaños de él. Planearon pasar ese día los cuatro en casa, festejando entre juegos en la piscina y teniendo una cena de pizzas y pastel en la terraza.
En la mañana, antes de que bajaran de la cama para alistarse y preparar el desayuno, Emma le entregó un sobre cerrado.
—¿Qué es esto? —preguntó Liam intrigado mientras lo abría.
—Tu regalo.
Adentro se encontraba la fotografía de un ecosonograma. Él aumentó tanto la sonrisa que casi se le salió del rostro