A MERCED DEL DINERO. C30: ¿Es un asunto personal?
Marfil había pasado varios días debatiéndose entre llamar o no a Richard. No quería parecer insistente ni dar la impresión equivocada, pero sentía que debía hablar con él, pues de esa forma, podría acercarse cada vez más. Finalmente, tras ensayar varias veces lo que diría, tomó valor y marcó su número.
Al principio, Richard no contestó. Seguramente porque era un número desconocido para él. Marfil suspiró con frustración y esperó unos minutos antes de volver a intentarlo. Esta vez, después de algunos tonos, la llamada fue atendida.
—¿Sí? —respondió Richard con voz neutra.
—Hola, Richard... —articuló Marfil con cierta vacilación—. Vaya, tuve que llamarte varias veces... Discúlpame si te molesto, pero es que... yo soy Marfil. Este es mi número de celular.
Hubo una breve pausa antes de que Richard respondiera.
—Ah, Marfil —respondió, como si acabara de reconocerla—. Lo siento por no haber contestado antes, es que no tengo tu número registrado.
—Claro, tienes razón —asintió Marfil, con una