A MERCED DEL DINERO. C238: Tienes que salvarme.
Lucas la miró con una expresión difícil de descifrar. Había algo en su rostro que denotaba incomodidad, un gesto que claramente decía que aquella conversación no debía estar ocurriendo. Era como si cada palabra que ella pronunciaba lo empujara más a una frontera que no quería volver a cruzar.
—Marfil, no deberías estar haciéndome esa pregunta —articuló él.
Pero ella no retrocedió. Su rostro mostraba ansiedad y vulnerabilidad, algo que rara vez se le veía. Dio un paso más hacia él, como si la distancia física entre ambos fuera un obstáculo más que debía derribar.
—Por favor, Lucas... es que necesito saberlo. Para mí esto es muy importante. Es muy importante saber si todavía sientes algo por mí —insistió ella, con los ojos bien abiertos e implorantes, como si cada segundo sin respuesta fuera un golpe directo al corazón.
—¿Por qué me preguntas eso? —le cuestionó—. ¿Qué sentido tiene ahora?
—Porque si tú me dices que todavía me amas, te juro que voy a luchar por ti, Lucas. Lo juro —declar