Marfil no había planeado decirle aquello a Lucas. Lo de "la última charla" había salido de su boca como un impulso repentino, sin haberlo razonado. No era cierto que quisiera despedirse. En el fondo, lo único que buscaba era una excusa para seguir hablándole sin parecer débil. Pero ahora, esa mentira, aunque pequeña, empezaba a pesarle. Se le clavó como una espina bajo la piel, cada vez más incómoda.

No quería alejarse de Lucas, pero tampoco podía seguir así. Había llegado a un punto crítico: debía tomar una decisión. Si se quedaba con Richard, entonces tenía que despedirse de Lucas definitivamente. No más mensajes, no más conversaciones. Tenía que dejar de tener un pie en cada mundo. Y si elegía a Lucas, entonces debía dejar atrás a Richard, a esa futura relación segura y prometedora. Debía hacerlo sin mirar atrás. Punto.

Esa disyuntiva la atormentaba. La mente de Marfil se llenó de pensamientos cruzados y preguntas que no lograba ordenar. Ya no confiaba en su juicio. Estaba atrapada