A MERCED DEL DINERO. C182: No te sientas mal por quererme.
Marfil fingió una sonrisa. Una de esas que se dibujan con precisión mecánica pero que no alcanzan a tocar los ojos.
—Vaya —murmuró—. No pierden el tiempo, ¿eh?
Intentó sonar irónica, como si no le importara. Pero el esfuerzo por ocultar su enfado era evidente. Cada palabra pronunciada con esa falsa serenidad llevaba dentro una carga de fuego.
Lucas la observó sin ceder, como si aquella sonrisa suya no lo engañara ni por un segundo.
—Hicimos el amor tantas veces que al fin logré borrar tu fragancia de mi piel.
—No —replicó, con una calma repentina que resultaba inquietante—. Eso no es cierto, Lucas. Tú puedes tener sexo con ella todas las veces que quieras. Pero hacer el amor… eso no. Jamás vas a poder hacerle el amor a esa chica.
Lucas frunció el ceño, visiblemente molesto.
—¿Y por qué estás tan segura?
Marfil dio un paso hacia él.
—Porque tú me quieres a mí —dijo con firmeza, con una seguridad rota pero persistente—. Y eso... eso no va a cambiar. Por más que te esfuerces por apartar