A MERCED DEL DINERO. C156: ¿A qué viene ese comentario?
Marfil intentó disimular su sorpresa tras escuchar las palabras que Richard había pronunciado con tanta naturalidad. Que la llamara su novia era una afirmación que no dejaba de ser precipitada. Entre ellos no existía aún ese lazo formal, pero ella, consciente de la gravedad del momento y del carácter de Mariela, no quiso contradecirlo. Sabía que desmentirlo frente a su madre sería como arrojar a Richard a los lobos. Así que tragó su incomodidad, forzó una serenidad que no sentía y simplemente guardó silencio, aceptando la definición que él había impuesto, más por necesidad que por certeza.
Mariela entrecerró los ojos, desconfiada, como un ave de presa que estudia cada movimiento de su víctima antes de lanzarse. Ladeó apenas la cabeza, como quien necesita tiempo para procesar lo que ha oído, y luego preguntó con una aspereza apenas velada.
—¿Cómo dices? ¿Tu novia?
—Así es, mamá —respondió Richard con firmeza, sosteniendo la mirada de su madre, sin permitir que su voz titubeara ni un in