A MERCED DEL DINERO. C155: Él ya está sufriendo de otras maneras.
—¡Esto es inaudito! —soltó Mariela—. Mi hijo no es quien debería estar en la cama de un hospital. Ese hombre tiene que pagar por lo que te hizo. ¡Tiene que recibir lo que merece!
—Mamá, por favor, olvida este asunto, ¿quieres? —gimoteó Richard.
El rostro de Mariela se tornó sumamente enrojecido por la ira que hervía dentro de ella, una rabia tan profunda que la hacía temblar de la cabeza a los pies.
—¡¿Por qué le estás restando importancia?! —cuestionó—. ¡Cada acción tiene sus consecuencias! Entiendo que seas piadoso y que no guardas rencor, pero las malas personas merecen ser castigadas. La agresión es injustificada y tú no has hecho nada para merecer esto. Ese sujeto podría ser un psicópata, y si no lo metemos en la cárcel, podría volver a acercarse a ti. Es probable que no tengas tanta suerte la próxima vez. Podría terminar asesinándote.
Richard suspiró. Sabía que no había manera de tranquilizarla cuando se ponía tan alterada, pero su madre seguía lanzando palabras con la furia de