Capítulo VIII. Un mundo desconocido que no nos aterroriza
Elizabet.
- “Creo que aquí hay un error, ¿o esto es una broma?, comprendo que nuestra actitud hacia los dos responsables más importantes de W.W. L. Ecologists no ha sido lo más…”- intente explicarle, pero la dama que nos había saludado sólo sonrió, y se adelantó a mi siguiente palabras.
- “¿Desde cuándo lees la mente?”- su pregunta me dejó descolocada y sentí como Faith a mi lado daba un salto, mientras en su cabeza la sorpresa estallaba.
- “¡Mierda, Eli! ¿dónde nos hemos metido?”- me con su mente, pero la sorpresas continuaban.
- “En cuanto a ti, mi diosa, ¿cuántas veces te has acercado a un árbol, o a una planta moribunda, y al día siguiente, la planta ha resucitado?”- esta vez la palabrota ya no sonó en mi cabeza había salido de los asombrados labios de mis amiga.
- “¡No me jodas!”- ella estaba tan asombrada como yo.
Era cierto que Faith tenía unas manos geniales para los niños, las mujeres embarazadas y la naturaleza, de hecho, gracias a su creatividad, queríamos trabajar de diseñ