Mi nombre es Gildris Scanfort, tengo 25 años, y esta es la historia de cómo un trato loco con mi prima Brittney Cooper me cambió la vida. Para entrar en contexto, tengo una prima que se parece mucho a mí. Ella se casó con un millonario, lo que la llevó a renunciar a su vida desenfrenada; sin embargo, cuando su esposo tuvo un accidente, ella me buscó, después de años sin vernos, me propuso que yo la reemplace para que ella pueda ir al extranjero a vivir su vida despreocupada, dándome como beneficio una enorme suma de dinero. Yo no estoy muy convencida de ser participe de esta loca idea, pero mi madre está muy enferma y necesito el dinero, así que acepte.
Leer másnota: Iniciamos en esta nueva aventura, ¡hola! mi nombre es Isabella, quiero invitarte a seguirme en I***a: @isabellacreadora16 para conocer sobre los spoiler y mucho más.
Capítulo 1. Propuesta. Gildris Scanfort, de 25 años de edad, espera impaciente en la sala de emergencias del hospital del centro de Delano, ciudad del condado de Wright, Minnesota. En la incertidumbre, ansiedad y desesperación por noticias sobre el estado de salud de su madre, quien fue internada esta tarde con un fuerte dolor abdominal que la hacía estremecer. Vecinos llamaron dando aviso sobre la situación a su pequeña floristería donde ella trabaja medio tiempo, intentando conseguir el dinero para los medicamentos, consumos de casa y pagar deudas. Cuando ella creía que las cosas no podrían ir peor, una notificación de embargo llegó a su tienda esta mañana, la misma que seguramente llegó a casa y que ha causado la recaída de su madre. Años intentando sobrevivir a toda la situación económica que presentan, al borde de perder el pequeño sustento y patrimonio de su madre y suyo, solas viviendo en decadencia, dejando de lado sus sueños por cuidar y velar por la mujer que luchó con ella hasta ahora, y es aquí donde se enfrenta a la cruda realidad: todo está perdido, en medio de un embargo y la noticia de la gravedad de la salud de su madre la dejan en medio del abismo. —¿Señorita Scanfort? —dice un hombre mayor, quien se aproxima a ella con expresión cansada. —¿Sí? —pregunta levantándose de golpe—.¿Cómo está mi madre? Por favor, dígame que ella estará bien. El hombre supura con pesadez, acomodándose para ser honesto con ella ante el diagnóstico en sus manos. —Lo lamento mucho, pero no tengo buenas noticias para usted. Su madre está padeciendo de una condición grave de insuficiencia renal; tendremos que someterla a una diálisis y posteriormente a una cirugía en caso de que esta no sea suficiente. Un trasplante de riñón podría ser la solución. —Haga lo que sea necesario, doctor, por favor. —El problema es que este procedimiento tiene costos muy altos; debe pagar el proceso para poder proceder, su costo es de $8,469 y todo dependerá del proceso de la misma. —Las palabras del doctor estallan en Gildris como una bofetada que la lleva de golpe nuevamente de vuelta a la silla donde estaba. —Entonces… —dice débil—.¿No podemos hacer nada más? —¿La dejarán morir si no tengo ese dinero? —Ella lo mira con pesadez en sus ojos, lágrimas apuntando a salir mientras sus lágrimas nublan su visión. —Lo lamento, señorita, lo único que podemos hacer por ahora es suministrar medicamentos que alivien el dolor, pero no podemos mantenerla aquí; el proceso es necesario y obligatorio, lamento no poderla ayudar con algo más. Permiso. El hombre se marcha, dejándola en un denso vacío. Pacientes llegan a emergencia, personas van de un lado a otro, mientras que ella permanece sentada en su lugar, sin siquiera parpadear, las lágrimas recorriendo su mejilla, mientras que su mente está llena de pensamientos y reproches con la vida, que no ha sido justa con ella. Primero su padre las abandona a meses de ella nacer y luego la desdicha; la enfermedad entró a sus vidas como las facturas en su buzón. No sabe qué pensar, pareciera que el mundo está en su contra, en contra de su felicidad. Sin más, Gildris solo puede empujar la silla de ruedas de su madre por las calles, sin tener ni para un taxi; camina por 30 minutos hasta su casa, donde intenta cuidar de ella, tratando de encontrar una solución. Por ahora solo tiene un tratamiento para el dolor, más medicina que comprar; es cuestionable su vida, ni siquiera logra descansar por la noche en la agonía de lo que pasará. * Días después. Los días han sido una inmensa tortura; a solo 5 días para el embargo, ella empuja sus pies con pesadez para ir a la florería e intentar vender lo poco que queda. Cansada y sin ánimos, ella abre las persianas, sacude y limpia el lugar, sacando al porche los arreglos florales que dejó hechos la noche anterior. Gildris se mueve al interior a buscar los materos que pondrá en oferta; cuando escucha la campaña de la entrada de la tienda sonar, ella rápidamente se apresura a incorporarse para atender al cliente, forjando su mejor sonrisa. —Buen día, ¡Bienven…! —Al levantar la mirada, Gildris queda paralizada. Un rostro familiar está frente a ella, la mujer irradia elegancia y su perfume invade rápidamente sus fosas nasales. Ambas se miran en silencio, un silencio ensordecedor que las incomoda a ambas. Años sin verse y ahora están frente a frente, la visión de la otra mujer es incierta, su expresión es de insatisfacción, pues la mujer frente a ella luce lamentable, desganada, poco presentable, apenas un alma en vida, lo que la deja sorprendida. Aún así, continúa con su objetivo al venir aquí. —Gildris… —exclama al fin la mujer. Mientras Gildris permanece apacible, mirándola con indiferencia. —Brittney Cooper, esto sí que es una sorpresa —responde moviéndose hacia la caja. —Para mí también. ¿Cómo estás? —¿Mi tía? —Gildris se detiene de organizar unos documentos y la enfoca con seriedad, apoyándose del mostrador en su dirección. —Sobreviviendo, después de que la abandonaste, cuando ella cuidó de ti como si fuera tu madre. —Estalla con frialdad. —Entiendo, estás enojada, yo s… —Gildris la interrumpe. —¿A qué has venido, Brittaney? —pregunta sin rodeos. — Bien, iré al grano —responde Brittney quitándose por fin los lentes de sol—. He venido a hacerte una propuesta—informa—. Vengo a ofrecerte un trato. —¿Un trato? —Gildris se burla con frialdad. —¿Qué trato Brittaney? ¿Cuál es la razón que te ha hecho venir hasta aquí? Brittaney la mira insatisfecha; frente a ella, ya no está la misma mujer dócil de antes, a la que ella podría manipular. Aún así, no está aquí para perder, tiene un objetivo y, como toda mujer acostumbrada a conseguir lo que quiere, rápidamente deja un documento sobre el mostrador. Al verlo, Gildris lo toma rápidamente; al parecer su prima, a la que tenía años sin ver, la ha investigado, sabe sobre su embargo, la situación financiera, su madre enferma, tiene todo en un archivo y es como una burla hacia ella. —¿Qué significa esto? —pregunta frunciendo el ceño. —Significa que yo puedo ayudarte, Gildris, yo puedo hacer que todos tus problemas se solucionen. —¿Así? ¿Tú quieres ayudarme? —¿A qué costo? —pregunta con claridad, demostrando que no es una tonta. —Lo que tienes en tus manos es un contrato; te ofrezco la oportunidad de trabajar para mí, con un salario de $50.000, a cambio de que te hagas pasar por mí una vez más. —¿Qué estás diciendo? —Lo que has escuchado es simple, Gildris, quiero que te hagas pasar por mí como en el pasado, reemplazándome en casa con mi esposo. —¿Te has vuelto loca? Ni siquiera por este dinero haría una tontería como esa, Brittney; ya no somos niñas, esto no es un juego. —Entiendo, vine preparada para esto… —responde dándole otro contra con una cifra más alta—. $150.000 mil dólares, ¿es suficiente para que resuelvas tus problemas y vivan cómodas tú y mi tía? —Gildris se paraliza al ver montó; al ver la duda en sus ojos, Brittney chaquea los dedos, un hombre de traje elegante aparece, entregándole un baúl con dinero—. Son $50.000 mil en efectivo, puedes contarlo. El trabajo es muy fácil, solo tienes que tomar mi lugar en la familia Lauder; yo me encargaré de prepararte y darte toda la información que tú necesitas. Tú solo tendrás que hacerlo como en el pasado. Tu única misión es lograr que no te descubran. Esto es muy fácil, solo serán un par de semanas y tendrás $150.000 para ti, 50 ahora y el resto cuando el trabajo esté terminado. Si lo haces bien y no nos descubren, entonces ambas ganamos. ¿Qué dices? —¿Por qué necesitas que yo te reemplace? ¿Qué planes tiene hacer Brittaney? —¿Por qué todo lo asocias con problemas? —Se mofa, caminando elegante por el lugar. —Porque todo lo que te rodea siempre trae problemas, por eso. —Gildris responde insegura. —Pero esta vez no es así. Tenía planes de ir al extranjero por unas semanas, pero mi esposo ha sufrido un accidente y no puedo simplemente irme y dejarlo; tampoco deseo quedarme cuidando de él, por eso necesito que me reemplaces. Tu presencia me mantendrá a su lado, así su familia no hará drama, mientras que yo descanso unas semanas en el extranjero, es todo. Mira, es una tarea muy sencilla, no es nada que no hayas hecho antes. Actualmente, él se encuentra en una situación lamentable, en pocas condiciones, lo que lo ha hecho enviarme a otra habitación, así que no tienes que preocuparte por los problemas maritales. En cuanto a lo demás, es muy fácil, haz lo que quieras; él no te prestará atención. Estoy segura de que pasarás desapercibida hasta mi regreso, es todo. ¿Qué dices? ¿Aceptas?Capítulo 59. Con Brittney muerta, uno de sus cómplices bajo custodia, Gildris en estado crítico y la familia en desesperación. Lo que sería un día de felicidad y buenas noticias se convirtió en una pesadilla. La familia está al borde, los niños extrañan a su madre y Patrick empieza a tener las respuestas que buscaba: infiltrados y reclusos, todos manipulados por una mujer dentro de la cárcel. La noticia de lo sucedido se esparce rápidamente, lo sucedido conmociona a todos, la idea de que un parecido con otra persona podría causarte tanto daño atemoriza a mucha población, lo que confirma que la oveja negra siempre fue Brittney. Los que alguna vez la protegieron y le dieron el beneficio de la duda hoy se arrepienten de sus palabras; ahora la realidad es que Gildris es la que está en medio de todo esto y su vida y la del bebé corren peligro. * —Dime, doctor, ¿qué pasa con mi esposa? —Su esposa y el bebé están fuera de peligro. Ella tiene algunas heridas, como el impacto de bala
Capítulo 58. Al escucharlo todo, Bastián se desespera, toma el localizador y verifica la dirección del lugar. El dispositivo está en movimiento porque Brittney se está moviendo, lo que lo pone tenso; toma captura de la señal actual y procede a hacer su jugada. —REGRESA, DA LA VUELTA, VAMOS, DATE PRISA, TENGO QUE LLEGAR A LA CASA. Bastián piensa en los niños, en Gildris; está ansioso, llama rápidamente a Patrick, quien no demora en responder. P: ¿Bastián? B: Escúchame, Patrick, Brittney se escapó de la cárcel, escapó y tiene a Gildris secuestrada en una casa abandonada a pocos minutos de la nuestra. Brittney se estaba haciendo pasar por Gildris y va a la casa, mi casa, donde están mis hijos, mi suegra y, a esta hora, seguramente mis hermanas. Haz algo. P: Cálmate, Bastián, es imposible que esté afuera; ya nos hubieran informado, no hay registro de que se fugó. B: Ese es su plan, escucha esto, ¡demonios! Tienes que hacer algo. Bastián coloca la grabación. P: Estoy veri
Capítulo 57. En medio del final. Una boda como ninguna da lugar: amigos, familias y allegados se reúnen en la mansión Lauder Scanfort para presenciar una unión única y especial. El jardín adornado con hermosas rosas rojas, todo el lugar deslumbra elegancia y brillo. En esta ocasión no parece un funeral; todos disfrutan de champán mientras esperan por la novia, aunque ha costado que la gente entienda el cambio y que Gildris no es Brittney. La han aceptado, sin juzgar, han entendido que Bastián se enamoró de la impostora y que con ella tiene todo lo que siempre quiso: una familia. Todos los presentes ahora reunidos, dirigen su atención al centro del lugar, donde Gildris aparece, luciendo un hermoso vestido color blanco, acampanado, de cola larga, ella deslumbra con su belleza, ese moño alto con una pequeña corona la hace parecer una reina, su maquillaje oscuro resalta sus hermosos ojos color miel, que enfocan a su hombre, quien ya la espera en el altar con su traje negro a medida,
Capítulo 56. Mientras que en casa, Gildris, Bastián y Carlota se ponen de acuerdo con la situación, en la casa Lauder, las damas lloran junto a Gildris en medio del proceso del embarazo, cada momento reflejado en videos, llenando de ganas a la familia de que ella regrese. —Mira Leo, nos hicieron abuelos, mira a tus nietos. —Lo veo mujer, mi muchacho si que la supo hacer, dos de golpe, que bendición. —Son hermosos, mira como se muerde el dedo, que bello. Las tías están enamoradas, en la familia Lauder, por parte de la monarca no hay bisnietos directo y esto la conmueven mucho, no esperaban recibir este golpe, el tiempo perdido, aunque las circunstancias no lo ameriten, todos adoran a los bebés y sobre todo, lo feliz que Bastián estaba en el vídeo, todos están contentos, repiten las grabaciones, la ecografía, todo. —Necesitamos comprar cosas para el bebé, si deciden venirse, Leo, enviar el avión privado, que traigan todo lo que ella tiene allá, porque fue con esfuerzo, solo mi
Capítulo 55. Etapa final. Carlota le cuenta todas las historias de cuando Gildris era una bebé, una niña, haciendo sonrojar a Gildris; su madre no termina en el almuerzo y continúa en la sala, tomando él con el postre. —Yo pensando en cómo serán los bebés; mire que vi una foto de usted y dije: "Con estos genes, mis nietos serán guapísimos". —Bastián sonríe ampliamente. —Creo que sin duda serán los más hermosos. —Le toca el vientre mientras Gildris está meciéndose en su silla mecedora. —Ahí pasa todo el día, mi niña, hasta que se duerme; los bebés quedan jugando. Si continúa así, los va a alborotar. —¿Se ven como se mueve? —Sí, ¿quieres ver? —Gildris levanta su vestido descubriendo su hermoso vientre y empieza a hablarles a los bebés mientras los acaricia con la mano de Bastián. —Bastián, Ginna, aquí está papá, mis pequeños milagros, papá desea verlos… —Bastián sonríe ampliamente al ver cómo empiezan a moverse. —Se dejan ver, mira. —Los bebés se marcan en la piel de Gildr
Capítulo 54. Reencuentro. Gildris se detiene al escuchar su voz, está de espalda, en shock, tiembla entre lágrimas, se voltea lentamente, sorprendiéndose al verlo, confirma que es él. Del temor, ella mira a los lados buscando la policía y al moverla intenta hablar con él y justificarse por sus acciones. —Escúchame, por favor, lo lamento, lo lamento mucho… —Ella llora—. Todo lo sucedido, te juro que yo no quise lastimarte, lo hice porque no tenía opción, yo te juro que solo fallé en mentirte, en no decir quién era, todo lo demás, todo fue real, al menos para mí lo ha sido. Sé que no me vas a creer, pero te juro que no tengo nada que ver con lo que Brittney ha hecho, yo… —Él la interrumpe aproximándose a ella. —Lo sé, lo he sabido todo desde el primer mes, lo investigué, sabía quién eras y por qué hacías todo lo que hiciste. Sé que no estaba en tus planes muchas cosas, pero lo hiciste, me ayudaste a curarme, me salvaste, salvaste la empresa, mi familia, tú me cambiaste la vida… —E
Último capítulo