Iliana Luján es una respetada doctora que recientemente se mudó a Inverness buscando un poco de lo que su madre le regaló en su infancia, pero siempre dicen que el pasado vuelve y él también volvió como un tren arrollando todo a su paso para no irse más, pero ella hará lo necesario para alejarlo y que su corazón siga protegido donde lo guardó y que no vuelva a dañar su paz y a los seres queridos que ella ama. Él no es un hombre de fiar. Ya lo demostró más de una vez. La vida es una sola ese es su lema y le gusta disfrutarla al máximo, Jazziel Dunn tiene el trabajo de sus sueños, de no ser por su mejor amigo, Balthazar Lennox eso no hubiera pasado jamás, a sus treinta y dos años no se queja. Se encuentra satisfecho con todo lo que tiene pues es todo lo que desea, su cama siempre se mantiene caliente con una nueva amante, porque no le gusta repetir y es el mejor en su área de trabajo, por lo tanto sabe que el dinero nunca será un problema. Pero esa mujer apareció de nuevo, con su vida perfecta, su nariz respingada arrugada en su dirección, lanzando dagas con los ojos, casi como si él oliera a caca de perro ensuciando su zapato, no importa ¿Verdad? Es mejor ignorarla, mantenerse alejado de esa mujer sería lo mejor... O eso cree Jazz. ¿Qué sucede cuando tus cuentas pendientes regresan con fuerzas? Dicen que del odio al amor hay un solo paso. Ayúdame a comprobarlo.
Leer más11 AÑOS ATRÁS
Iliana
—No creo que sea buena idea que celebremos mi cumpleaños aquí— me quejé cuando pasamos aduana saliendo del aeropuerto.
—Lo que pasa en Las Vegas se queda en las Vegas— insistió Balthazar— vamos— y siguió caminando sin darme chance a rechistar.
Me arrastró por todo el aeropuerto hasta conseguir un taxi afuera, que fue bastante rápido para mí suerte.
A pesar de ser las diez de la mañana todo estaba abierto y la gente iba y venía en grupos o solitarios con la fiesta grabada en las caras.
—Una vez más voy a preguntar ¿Por qué las Vegas? —preguntó Camilo haciendo muecas con su boca. camilo era mi único aliado.
Fijé mis ojos azules en él antes de que su gemelo idéntico abriera la boca.
—Fue votación y ganamos— agrega Michael, su hermano gemelo.
—No me agrada esto— se queja de vuelta Camilo, siempre tan correcto.
aún me sorprendía lo diferentes que son por dentro ya que por fuera son como dos gotas de aguas.
—Menos mal que votamos y no ganaste o estaríamos jugando bingo en un ancianato— se queja Jazziel.
Desde el día que conocí a Jazziel me flechó sin importar que fuera una niña y Balthazar se dio cuenta cuando nos hicimos amigos, por lo que siempre quiso ayudarme con es, eramos amigos y mi brillante idea fue que Balthazar se hiciera pasar por mi novio para darle celos a Jazz.
Tenía quince años no me juzguen, cabe destacar que en vez de acercarlo a mí se alejó más, así que con el tiempo Balthazar y yo terminamos porque el plan de una niña de 15 años no funcionó.
—Comencemos con una champagne para brindar por la cumpleañera— comenzó Elliot.
—¡Me gusta el espíritu! —le siguió Balthy.
Yo teníamos veintidós años recién cumplido y todos creyeron una aberración que no me haya emborrachado aún así que salió la idea de Las Vegas, hasta Camilo se sorprendió con ese hecho y es el más centrado de todos los chicos.
—¡Por la cumpleañera! —brindaron todos al mismo tiempo.
Y comenzó la fiesta.
Iniciamos en el casino luego de que nos registramos en la recepción, jugamos un rato mientras el ambiente se prendía en el casino del hotel, todos éramos mayores de edad.
No solo se celebraba mi cumpleaños sino también que habíamos pasado el semestre. A mí me faltaba poco para graduarme de medicina cerca de la Universidad de los chicos. Estaba orgullosa de ese futuro que veo brillar delante de mí.
***
Un incesante tono de celular suena una y otra vez y quiero martillear esa cosa para que se calle, no soporto mi dolor de cabeza, siento que hay una manada de gorilas bailando en mi cabeza.
—Apaga eso ¿quieres? —escuché una voz ronca, me mandaron de malas maneras en un irritante siseo.
Esa voz hizo que me levantara de la cama como un resorte, lo que a su vez me hizo marear y desenfocar la vista, quería devolver el contenido de mi estómago, sin pensarlo salí corriendo al váter para hacer lo que mi cuerpo me pedía a gritos. Vomitar.
—¿Estás bien, Ana? —escuché que alguien preguntaba con voz somnolienta.
No quería levantar mi cabeza del váter por seguridad a mi estabilidad mental, no quería afrontar a la persona que tenía en la puerta del baño preguntando si estaba bien. No quería hacer nada.
Tal vez si no respiro puedo morir ahora mismo.
—Estoy bien— logré decir con el poco valor que había reunido.
En algún momento decidí levantar mi cara y afrontar las cosas como son, Jazziel me devolvía la mirada un tanto preocupado, me levanté como spiderman ayudándome de las paredes y fue cuando me di cuenta de nuestro estado de desnudez.
—Estas desnudo— dije a media voz.
—Tú también— me señaló.
Tragué grueso y lo quité de mi camino para pasar, el maldito aparato vuelve al ataque.
el aparato comenzó a sonar con una música diabloca que ya odiaba, lo escuchamos sonar por algún lado en la habitación, comienzo a buscar mi ropa de manera frenética y allí aparece el dichoso celular que no deja de sonar.
—No es mi celular— le informé lanzando el aparato en su dirección, sin importarme si lo agarraba o no.
Jazziel lo agarró con una mano contestando de una vez.
—¿Qué pasó? —pregunta Jazziel del otro lado de la habitación con sus bóxer ya puestos.
Me enfundo en mi vestido y busqué mis pendientes cuando los vi en la mesa de noche junto a la cama, con un papel pisado por dos anillos horrendos y mis pendientes sentí palidecer, en ese momento Jazziel colgó la llamada.
—Era Balthazar me preguntó que si te había visto— me explica.
Pero mi atención estaba en el papel de la mesita, lo tomé con manos temblorosas, me sentí más débil de lo que ya me sentía. Jazziel me arrancó el papel de las manos y lo leyó.
—¡Hijo de puta. Nos casamos, Ana! —sus ojos parecían querer salir de su cabeza.
—Tenemos que anular eso, no puedo estar casada— comencé a negar con la cabeza.
—Pues lo estamos, hay que ver que sigue de aquí— me comenta más tranquilo.
—¿Cómo que, qué sigue, Jaz? —le pregunté atónita— divorciarnos por supuesto.
—¿Quieres divorciarte? —me cuestiona.
—Ni siquiera recuerdo como me casé— le recordé el problema de la situación.
Este hombre estaba destinado a volverme loca.
49 JazzielMi hermana ya llevaba dos días en casa; era lo mejor que podía haber pasado. —Me voy mañana —comenta a Jessamine luego del desayuno—. Tengo que volver al trabajo, y te puedo jurar que Nikky está volviendo loco a su papá.—Dentro de poco pienso llevar también a Dalí y Ana para que conozcan a Nikky —les dije en general a la sala—Sí, quiero —dijo muy emocionada mi niña. —Ya la oíste si quiere —dice Ana esta vez con una suave sonrisa en sus labios.—Y puedo jurar que no puedo ser el hombre más feliz sobre la faz de la tierra justo ahora. La sonrisa casi no ha dejado mi rostro. Nunca me estoy recuperando a mi familia.—Bueno, ¿qué les parece si vamos hoy a visitar el castillo de Eilean Donan? —propongo—. Puedo tener un tour preparado para ir a la isla.—La verdad es que nunca he ido —confiesa Ana con un poco de vergüenza en su rostro, con las mejillas un poco rosadas.«Por los dioses, qué hermosa es» mis pensamientos pecaminosos no me abandonan en cuanto de amor se ref
48 AnaVeía a mi hija tan emocionada que no podía no decirle:—¿Sabes la buena noticia? —le pregunté a Dali, girándome para verla—. Bueno, son varias.—¿Cuáles? —pregunta emocionada.—Vendrá tu tía, la hermana de tu papá, a conocerte. Muere por hacerlo —le dije imprimiendo emoción en mi voz, aunque no lo sentía del todo.—¡Oh, por Dios! —exagera sus palabras y comienza a rebotar en el asiento—. ¡Tengo una tía!—Sí, hija. Jessamine quiere malcriarte —dijo Jazz contento porque yo sacara el tema, creo que no se lo esperaba—. Lo que es mejor, gracias a ella supe de ti y volví por ustedes.—¡¿Qué?! —preguntamos Dali y yo al mismo tiempo.—Así es, señoritas… bueno, tú eres señora de Dunn —se burla él pellizcándome una de las mejillas.—¡¿Se van a casar?! —volvió a brincar en su asiento aún más emocionada, chillando como loca.Jazziel y yo solo pudimos reír hasta que se calmó.—No nos vamos a casar, peque, porque ya estamos casados —le cuenta Jazziel con una sonrisa de oreja a ore
AnaEstando en la cama con nuestros miembros entrelazados Jazziel saca el tema más delicado de la historia para mí.—Mi hermana quiere venir a conocer a Dalilah —dijo suavemente sin dejar de acariciar mi cabello.Estaba tan relajada que casi me quedo dormida, sus palabras me despiertan de golpe me quise levantar, pero él no me dejó.—Yo… —suspiré tratando de despejar mi mente de la bruma de deseo en la que Jazziel metía mi cuerpo— ella no me hizo nada, pero no quiero que le haga preguntas incomodas a la niña.Mi miedo era que fuera igual que su madre más sin embargo creo que debería de darle el beneficio de la duda de todas formas nunca la conocí.—No lo hará, yo me encargaré de ella. Lo prometo —dijo Jazziel haciendo una cruz en su hombro cuando levanté me miraba hacía él.—Hablemos con Dalilah, si ella está de acuerdo. Yo también lo estaré —accedo a regañadientes.¿Tal vez Dalilah no quiera conocer a nadie más?Sé que es una vil mentira que me digo para hacerme sentir bien. Obviamen
46 JazzielTrate de respirar profundo y tratar de frenar mi hambre por ella.—No necesitas serlo, no me voy a romper —asegura tomando la hebilla de mi cinturón y soltándolo.Pude haber soltado mi carga en su preciosa cara sino fuera porque tenía los dientes apretados y empecé a pensar en fórmulas matemáticas demasiado complicadas, sentir el calor de su mano en mi eje casi me pone de rodillas, pero tener su respiración tan cerca de mi miembro me hace abrir los ojos de golpe.No sabía que se había arrodillado y no podía verse más como una diosa que en este momento.—No tienes… —no pude decir más, porque cuando la vi abrir esa boca roja y sacar esa lengua rosada el gato me comió la lengua.Eché la cabeza atrás al sentir como se atragantaba con mi polla y como mi glande se topaba con su garganta, relajó su garganta todo lo que pudo para hacerme una garganta profunda y por un segundo pensé que podría terminar esto antes de empezar.No se iba a tragar mi semen… al me os no hoy, mi semen hoy
45 Jazziel Quise cocinar para ella, para estar más tranquilo y obligar a calmarme mientras cocinaba. Me está dando la oportunidad que quería y no me parece real.Entonces el plan es alimentarla y luego devorarla entera.Me parece el plan perfecto si me lo preguntas.10 años para llegar a esto y me parece un poco increíble e irreal, pero es real.Ella es real y lo nuestro siempre lo fue.Hasta que me la arrebataron y pensé que me había abandonado.—¡Esto está excelente, Jazziel! —exclama ella muy interesada en su comida.Cuando cocinaba ella me sirvió un poco de whisky, ahora estoy tomando vino con ella, le queda bien con la pasta y las albóndigas.—Me alegra que te guste —sonreí con la copa tapando mi secreto.Ella me hacía feliz.Me gustaba verla comer y disfrutar, me traía paz.—¿Por qué me ves así? —pregunta cuando me pilla viéndola de manera descarada.Ella sabe porque la veo así, aun así, respondo:—Me preguntaba si quieres postre —confesé.Tomé un poco más del vin
AnaActualidad.Estaba dando este paso con Jazziel, creo que ambos merecemos esta oportunidad luego de tanto dolor en nuestra vida.Somos más adultos y maduros, eso tiene que servir de algo.Verlo manejar el asunto de Dalilah me hizo darme cuenta de que es ferozmente protector con su hija y conmigo. No piensa dejarnos.Seguimos casados así que creo que nunca lo hizo.—Estas muy pensativa, pequeña Ana —dijo cuando vimos a las chicas jugar a lo lejos.Le dijimos a la madre de Teresa que la niña estaba con nosotros e íbamos por helado y la llevábamos después de la cena, para que no se preocupe.—Estaba pensando en nuestro futuro juntos —dije sin rodeos.—Me gusta como suena eso —dijo con picardía.—Lo sé, creo… creo que nos lo podemos permitir ¿no? —le dije un poco tímida.—Claro que nos podemos permitir, siempre nos hemos pertenecido. Nada cambiará eso —me asegura.—Entonces debo hablar con Alexander, no quiero que tengamos malentendidos —hablé despacio.Sabía que Alexander y él no se l
Último capítulo