Capítulo: Ningún sacrificio más.
Darrel había dejado a Mora en casa de los Aragón, con una sensación pesada en el pecho. La rabia y la incertidumbre seguían quemándole por dentro.
Mientras conducía hacia el lugar donde sus guardias le indicaron que podría encontrar al hombre responsable de la confusión, la furia lo consumía, cada vez más fuerte.
No entendía cómo alguien podía atreverse a poner en riesgo lo que tenía con Mora, lo que habían construido a pesar de todo.
Al llegar al lugar, un edificio oscuro, de aspecto inquietante, Darrel no dudó.
Llamó a la puerta con fuerza, su mano cerrada sobre el volante temblando de rabia. El hombre abrió, y antes de que pudiera reaccionar, Darrel irrumpió en su casa, con los guardias siguiéndolo de cerca.
Sin mediar palabra, le dio un golpe directo al rostro, un impacto que resonó en el aire. El hombre gritó, intentando apartarse, pero Darrel no le dio oportunidad.
—¡Vas a decirme cómo demonios están tus fotos en el teléfono de mi mujer o te mataré! —rugió Darrel, la voz llena de