90

Tomaba mi café contemplando tu perfil. Ray y Brian se habían ido, dejándonos solos en el solárium, y terminábamos de desayunar mientras vos leías muy serio un reporte especial del New York Times en la tablet de Ray.

Decidí que tenía que darte un beso en la mejilla, si seré osada. Pero al inclinarme para hacerlo, volteaste hacia mí y quedé frente a tu mirada luminosa y serena, los ojos tras los lentes apenas empequeñecidos por una sonrisa.

Arqueaste las cejas, pensando que estaba por decir algo. Sonreí meneando la cabeza. Tus ojos resbalaron hacia abajo por mi cara. Y como de momento me sentía más atrevida que un comando boina verde, te ofrecí mis labios para que hicieras lo que quisieras. Que por suerte fue besarlos. Ahí se terminó mi valor legendario, así que sonreí y huí descaradamente a la pileta.

Aprendí a nadar más o menos al mismo tiempo que aprendí a leer, y pasé todos mis veranos cerca del agua hasta que me mudé a la Patagonia. Como un lago de d

Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP