Mundo ficciónIniciar sesiónElla alargaba su placer con sutiles cambios de ritmo, conocedora de su propio cuerpo, y él estaba a punto de perder todo control sobre el suyo. Por increíble que le hubiera parecido tan sólo el día anterior. La ansiedad por penetrarla era fuego en su ingle, sus dedos susurrando lo que sentiría al hacerlo, el calor sedoso y húmedo, esas pulsaciones cambiantes, la intensidad, el abandono.
Aunque le había parecido una precaución inútil, había previsto la contingencia y tenía un preservativo en el bolsillo. Su mano libre abrió las bermudas de un tirón y arrancó el sobrecito de plástico del bolsillo. Apartó la boca de C para morder la muesca y arrancar la franja superior. Sus dientes sujetaron el plástico mientras sus dedos liberaban el círculo comprimido de látex.
Y por poco lo dejó caer al alzar la vista bruscamente. C se movía más rápido y él acompañó sus movimientos con ansiedad, viéndola arquearse con un gemido silencioso, los músculos de su vientre contrayéndose con u







