Mundo ficciónIniciar sesiónC se sobresaltó al descubrirlo allí en el baño, le sonrió y amagó a decir algo. Pero Stu no le dio ocasión. Enredó los dedos en su cabello y la besó con lentitud, permitiendo que cada cosa sucediera a su tiempo.
Le sujetó suavemente la cara cuando sus labios dejaron de bastarle, y los acarició con su lengua. La boca de C sabía a menta. Ella cerró los ojos y descansó ambas manos en su cintura cuando sus lenguas se encontraron. Stu siguió besándola hasta arrancarle una inspiración un poco agitada. Entonces se apartó de su boca, que permaneció entreabierta, esperando que regresara a ella.
Retrocedió un paso mirándola a los ojos, descubriendo el extraño anillo cobrizo en torno a sus pupilas, las escasas pecas que salpicaban sus mejillas, los huecos insinuados bajo sus pómulos.
La mano de Stu dejó su cara para bajar a la pierna apoyada en el banquillo, la alzó lo indispensable para sentarse allí y guió el pie de C a descansar sobre su muslo.
Ella lo observaba







