Mundo ficciónIniciar sesiónTal como unas horas atrás, allí mismo, C no advirtió que Stu se acercaba hasta que la abrazó desde atrás, rodeando su pecho. Ella no se movió, ni intentó darse vuelta. Esperó quieta y en silencio. Él la retuvo entre sus brazos, la canción todavía resonando en sus oídos. Una base de batería editada, bajo, teclados, dos guitarras, al menos tres voces. Cada nota que ella buscara para cada instrumento. Cada melodía que entretejiera con cuidado. Tres minutos de amor puro, hondo, rematados en esas palabras combinadas, como un suspiro de resignación después del último acorde: ‘te necesito lejos para vivir’ y ‘nunca fui bueno para los finales felices’. Esas palabras que los definían y los ataban, contra las que insistían en rebelarse sin esperanza.
En ese momento abrazarla no era suficiente, y una vez más, la única respuesta que tenía para ella quedaba vedada. Hubiera querido abrir su propio pecho y guardarla allí, tibia, protegida junto a su corazón. Ocultarla dent







