Capítulo 12. Castigo y placer.
NARRADOR:
Los días previos a la boda fueron una agonía entre protocolo y vigilancia. Liana era constantemente monitoreada, su vida limitada a la suite principal y las áreas públicas de la mansión.
Lucifer mantenía una distancia cortés pero absoluta en público, mientras que en privado, su mirada constante era un interrogatorio sin fin.
La única esperanza de Liana residía en la pequeña ventana que había descubierto, la cámara de seguridad se apagaba para el reinicio del sistema entre las 2:00 a.m. y las 2:15 a.m. Quince minutos para desentrañar el pasado de Lucifer.
Esperó hasta la noche siguiente. A la 1:55 a.m., Liana estaba despierta. Lucifer dormía, su respiración profunda y regular era un recordatorio de su tamaño y su fuerza. A las 2:00 a.m., Liana se deslizó de la cama, llevando solo una bata. El anillo de diamantes en su mano reflejaba la luz de la luna, y la joya palpitaba contra su piel.
Se dirigió al estudio principal, la Joya en su mano. Sabía que la Joya le mostrab