VIGGO THORNE
—Los jóvenes son tan confusos —soltó Silvia cuando nos quedamos a solas—. Les encanta complicarse las cosas.
—Solo espero que Noah no cometa los mismos errores que yo cometí —contesté antes de dar media vuelta con la silla y dirigirme hacia el comedor—. Me temo que genéticamente está condenado a caer en los mismos hoyos que yo.
—Él no es tú… déjalo, se equivocará en otras cosas —agregó encogiéndose de hombros antes de soltar una risita.
—¿Qué conseguiste? —pregunté viéndola a los ojos.
—Fany escuchó del bebé el día que llegó. Estaba pegada a la puerta espiando a Noah y a Tanya —soltó con seguridad. Silvia era mis ojos y mis oídos en esta casa. No iba a invadir la privacidad de todos con cámaras y micrófonos, si la tenía a ella—. Cabe mencionar que cada incidente, aunque fingido por parte de Tanya, ha iniciado por culpa de Fany.
»Creo que está celosa de pensar que alguien más ocupó su lugar en esta casa y debe de estar completamente segura de que Tanya va detrás de los hu