39. INCENDIO LENTO
[FRANCESCO]
La manta aún está caliente. El aire, húmedo y suave, nos envuelve mientras la ciudad parpadea a lo lejos. Sofía está recostada sobre mi pecho, y mis dedos recorren su espalda lentamente, como si dibujaran un mapa invisible que sólo yo conozco.
No quiero hablar. No quiero romper el momento. Pero hay algo que no puedo callarme más. Algo que se viene gestando en mi garganta desde hace meses, tal vez años.
—Sofi… —susurro.
—¿Mmm? —responde sin abrir los ojos.
—¿Cuándo creés que nació esto? Lo nuestro. Digo… este amor.
Ella no responde enseguida. Inspira hondo, y se queda en silencio, como si estuviera buceando en los recuerdos.
—No sé si hay un momento exacto… —dice al fin—. Pero si tuviera que elegir… tal vez fue esa noche que viniste a la fábrica a medianoche, ¿te acuerdas? Después de los test en Silverstone.
Sonrío. Me acuerdo.
—Estabas sola en la sala de telemetría, con un café frío en la mano y los ojos al borde del colapso —digo, riéndome en voz baja—. Pensé que estabas