159. NUEVAS SENSACIONES
[FRANCESCO]
17 de marzo
El amanecer en Shanghái nunca es amable. La luz entra como un filo blanco entre las cortinas, cortante, insistente, obligándote a abrir los ojos aunque no quieras.
Pero esta vez no es la luz lo que me despierta.
Es Sofía.
Está sentada al borde de la cama, con las piernas encogidas contra el pecho, el cabello cayendo como un río oscuro sobre los hombros. Una mano cubre su boca, como si aún intentara contener las náuseas que la sacudieron durante la madrugada. La otra mano se aferra al colchón, como si el mundo pudiera moverse bajo ella.
Su respiración… esa respiración corta, temblorosa, me parte al medio.
Me incorporo de inmediato.
—Sofi… —mi voz sale ronca, arrastrada por el sueño—. ¿Cómo te sientes ahora?
Ella baja despacio la mano de la boca. Me mira.
Hay miedo. Hay cansancio. Hay sorpresa. Y también algo más… un brillo nuevo que me golpea directo en el pecho.
—Mejor —susurra—. No tuve más náuseas desde hace un rato.
La observo.
Está pálida, sí… pero también