Alguna vez fui invisible para ella porque sus ojos solo lo buscaban a él. Sé lo que significa amar con una devoción que duele, sé que esos sentimientos profundos no se disuelven de la noche a la mañana. Lo sé porque yo mismo soy prueba viviente de ello: pasé años amándola en silencio, hasta que al fin me vio, hasta que mi amor dejó de ser sombra para convertirse en refugio.
—¿Qué sucede, amor? —pregunta mi Eva, mirándome con detenimiento, como si pudiera leer cada pensamiento que arde en mí.
—Volvamos a casa. —susurro, besando su frente—. Tenemos que celebrar el triunfo de la constructora.
Sus labios vuelven a buscar los míos, sellando nuestra victoria con otro beso que me eleva.
—Así es… —dice con voz temblorosa de emoción—. Le he prometido a Adric y a Terrence que celebraremos al regresar.
Y yo, perdido en su boca, en su risa, en el calor de su abrazo, me siento en la gloria misma.
Sus gestos, sus caricias, el roce de su piel contra la mía… cada día se vuelven más intensos, más libr