Olivia.-
Regresé a mi celda con nervios y mil interrogantes, no sé qué es lo que está planeando Todd solo espero que no sea una locura, al llegar a mi celda mi compañera se encuentra recostada leyendo un libro.
— ¿No te dieron buenas noticias? –iba a responderle, pero me contuve, al recordar las palabras de Todd.
— No, sí, quieren dictarme sentencia sin juicio, al parecer las pruebas que entregaron en mi contra son…refutables –mencioné derrotada–. lo único bueno es que pude saber de mi hija.
— ¿Tienes otra hija?
— Sí –respondo sin poder evitar sonreír –tiene doce años, se llamar Martina, es mi pequeño milagro, bueno el primero, porque este pequeñín es el segundo.
— ¿Es varón?
— Aun no lo sé, pienso que si, en la última revisión no se dejó ver.
— ¿Y el padre? –mi sonrisa desapareció rápidamente–. Uy que cara, es un desgraciado, te abandonó con la cría.
— No, todo lo contario, pretende quitármelo y yo no se lo voy a permitir.
— Pues, no es que quiera entrometerme, pero… este no