Insaciables...
Ethan separó con sus dedos, sus labios turgentes, yendo directamente hacia su botón de placer.
Jazmín sintió una sensación de hormigueo en todo su cuerpo, mientras él recorría cada parte de su intimidad y con su lengua fálica se abría paso entre sus pliegues rosados.
Jazmín se aferró a las sábanas jadeando e hiperventilando, sintiendo como él intensificaba sus movimientos linguales alrededor de su hinchado clítoris.
El pelirrubio se zambulló entre sus muslos, moviendo además de su lengua, sus labios y su cabeza, estirando sus labios con los suyos, saboreando su almeja, haciendo que Jazmín gritara y agitara sus caderas con rapidez, casi convulsionado ante el placer que sentía.
Ethan retiró la sábana para observar con claridad las mieles que destilaba su fina hendidura. Se incorporó ligeramente, observando sus pliegues rosados y relucientes, sostuvo su miembro y lo frotó contra sus labios solazándose con su propia dureza y grosor. La tomó por los tobillos arrastrándola hasta el