Con deseos de más...
Ethan se apartó de Jazmín de forma abrupta, tomó la camisa del suelo y la colocó sobre el brazo usándola como una cortina a la altura de su pelvis, intentando cubrir su erección y tratando de controlar la excitación que aún le ardía en la piel.
Jazmín, toda temblorosa, se incorporó de la mesa y se pegó contra la pared, buscando ocultarse de la empleada, su respiración era superficial, agitada y su cuerpo parecía encendido, ardiendo de ganas.
—¿Señor Ethan? —exclamó Soledad con sorpresa, al verlo salir de la lavandería.
—¿Qué hace despierta a esta hora? —preguntó él con tono firme, intentando recobrar la compostura.
—Iba por un poco de agua —respondió ella, levantando la jarra que sostenía entre las manos.
—Yo, yo vine a dejar la ropa sucia… —balbuceó.
—No debió molestarse, yo hubiese ido a sacar su ropa sucia.
—Sí, pero aproveché de traerla —improvisó, y enseguida añadió, cambiando de tema—. ¿Puede prepararme algo de cenar? No he comido nada desde el desayuno.
—Claro, ahora m