Cuando Jazmín abrió los ojos, ya había amanecido. Se incorporó lentamente en el sillón, y sintió una ligera incomodidad en su espalda.
—¡Auch! —Se quejó, llevando su mano a la parte baja de su espalda.
Posiblemente, aquel dolor se debía a la mala posición en la que se había quedado dormida en el sillón.
Se levantó despacio, estiró los brazos y dejó escapar un bostezo largo. Luego se frotó los ojos con ambas manos, intentando despejarse. Se acercó a la cuna y vio que el bebé aún dormía plácidamente.
Salió del dormitorio del bebé y fue hasta su habitación para cambiarse con rapidez, temiendo que Ethan apareciera en cualquier momento y la encontrara aún con su camisa. Entró al baño, se aseó lo justo, y luego se quitó la camisa y se colocó el suéter de Tatiana, el mismo que llevaba la tarde de la entrevista. Bajó hasta el área de lavandería, sacó su ropa aún tibia de la secadora y terminó de vestirse.
Subió con prisa las escaleras y apenas caminó hacia la habitación de Oliver, l