Mundo ficciónIniciar sesiónPermanecí apoyado en el marco, mientras la veía abandonar el departamento y alejarse por el corredor sin mirar atrás ni una sola vez; entonces, percibí en el pecho esa rara, aunque ya conocida sensación que no creí volver a experimentar, una mezcla de nervio con anhelo y el vacío de su ausencia.
Sonreí aún más complacido al notar que mis latidos se desbocaron, solo de imaginar un “¿qué tal si…?“.Es que, esa rubia malhablada, poco a poco comenzaba a meterse dentro de mí. Una completa locura dado que éramos completamente distintos.
Sin embargo, abandoné la ensoñación cuando un sonido fuerte rompió la parsimonia del ambiente y me giré para ver a Santi aclararse la garganta.
—Ay, boludito, te han flechado. Lo observé extrañado, no solo por sus palabras, sino por es






