El nuevo año llegó, las pesadillas disminuyeron desde que decidí contarle a Cory sobre ese sujeto. Durante los últimos cuatro días, R volvió a asecharme solo en dos oportunidades. Esperaba que pronto volviera a ese rincón oscuro de mi mente del cual nunca debió salir.
Omar permanecía en España, aunque hablábamos con regularidad, a veces me dio por buscar lugares de Madrid en internet e imaginar qué estaría haciendo él, luego sacudí la cabeza, extrañado por los tontos pensamientos. Abandoné el computador. Seguiría libre en la U por algunos días más, en vez de salir por ahí con mis amigos, permanecí recluido el fin de semana en mi alcoba. Ricky y los demás, varias veces me invitaron a jugar baloncesto, ir al club o lo que fuese, pero escogí hacer tarea; en eso estaba el domingo temprano cuando ca&i