Capítulo 48: El amor y la profecía.
Dalila sentía mil explosiones surgir como fuego dentro de ella, aquello, que podría ser tan mal visto en los territorios de los padres de su amado, hacia su sangre hervir en un calor distinto, uno que la hacía desear, uno que le hablaba de mil sensaciones placenteras y desconocidas, logrando entorpecer sus sentidos y hacer flaquear su voluntad, si no se detenían en ese momento, si todo continuaba tal cual estaba ocurriendo, tendría su primera vez en medio de la espesura verde del bosque, y aquello, aquello no estaría bien… sin embargo, no podía detenerlo ni detenerse.
El sonido de voces desconocidas acercándose, los hizo salir de aquella ensoñación que estaban viviendo, mirándose el uno al otro, con el cabello revuelto y la ropa desacomodada, ambos se sonrojaron al caer en cuenta sobre lo que habían estado haciendo, ninguno podría expresar palabra alguna, era demasiado vergonzoso, demasiado pronto, demasiado inesperado, pero, aun así, ninguno se sentía realmente arrepentido de ello.
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