Capítulo 45: En los campos de flores.
Artem Kingsley observaba a su hijo entrando con aquella mujer tomando su mano. Una expresión de disgusto se dibujó en su rostro, pues, sabia, aquella mujer ya tenia un destino marcado, y su hijo, tenía el propio.
Por más que él lo deseara, no podía cambiar el destino de Elikai…pues vencer y perecer era la promesa que liberaría a los lobos del látigo de los vampiros para siempre.
Génesis miraba a su alfa, y sabiendo bien que Artem no estaba de acuerdo con que Elikai renunciara a su cruel destino, sollozó en silencio.
—Esta noche no hablaré con el…les permitiré descansar, así que puedes estar tranquila, mi amada…pero tienes que comprenderlo, no podemos hacer nada para evitar que ocurra lo que tiene que ocurrir…yo tampoco quiero perder a mi único hijo. — dijo Artem para luego salir y dejar a Génesis sola.
Elikai no se sorprendió de no ser recibido por sus padres; conocía bien el deseo del poderoso Artem Kingsley, su padre tan solo quería que el cumpliese con la profecía al pie de la letr