Punto de vista Madison
Las manos me temblaron al tratar de detener a Maximiliano, era la primera vez que lo veía tan enojado y eso me causaba nervios, sus pupilas de dilataron volviéndose más oscuras, y los golpes que le dio a Manuel, fueron demasiado fuertes y rudos, el pobre se revolcaba en el piso como una cucaracha, aunque eso era lo mínimo que merecía por haberme hecho sufrir tanto.
—¡No más Maximiliano! Te lo pido—Tome su brazo bajo mi propio riesgo, sabiendo que también podía atacarme, pero por el contrario, su mirada volvió en automático a la suavidad, y con su mano acarició mi mejilla.
—Discúlpame este acto de salvajismo princesa, pero ese imbécil que ves ahí botado, te insulto —Maximiliano se giró de nuevo, Manuel ya estaba sentado recobrando el aire —Además, en el pasado también rompió tu corazón, lo único que merece, es que yo le apreté el cuello con mis propias manos, pero si tú me pides que no le haga daño, no lo haré.
Sus palabras me dieron escalofríos, ¿Quién mierda