Punto de vista Maximiliano
Besé a Madison con todos mis sentidos, sus labios eran tan suaves, carnosos, y sobre todo deliciosos. Que no quería desprenderme de su boca, solamente fue hasta que mi padre carraspeó su garganta, sacándonos de nuestro encuentro.
—Qué pena interrumpirlos , pero si no van a quedarse aquí esta noche, es mejor que emprendan su camino, hijo, tú sabes que la seguridad de las casas vecinas se acciona a las 9 de la noche y faltan solo 20 minutos.
Madison apretó sus labios, y bajó su cabeza avergonzada, la tomé de la mano para que se sintiera segura y mire a mi padre.
—No podemos quedarnos esta noche padre, pero ya nos vamos, gracias.
Avergonzado por lo que acababa de presenciar el viejo Christopher, jale a Madison para que caminara a mi lado, ella apenas movió su mano para despedirse de mi padre; rápidamente nos fuimos hacia la limusina, Sullivan nos estaba esperando. Madison se subió primero y yo me fui detrás, cuando me senté a su lado, me invadieron los ne